La educación es un derecho humano fundamental que garantiza el desarrollo integral de las personas y el progreso de la sociedad. Sin embargo, la educación no es una tarea exclusiva de las autoridades educativas o de los docentes, sino que requiere de la participación y comprometida de los padres y las madres de familia, quienes tienen la obligación legal y moral de coadyuvar en el proceso educativo de sus hijos e hijas.
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ÍNDICE
- Introducción
- La responsabilidad compartida entre la familia y la escuela
- Las obligaciones legales de los padres y las madres en la educación escolar
- Los problemas derivados de la falta o el exceso de intervención de los padres y las madres en la escuela
- Conclusión
- Fuentes de consulta
INTRODUCCIÓN
La educación es un derecho
humano fundamental que garantiza el desarrollo integral de las personas y el
progreso de la sociedad. La Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos reconoce en su artículo 3° que toda persona tiene derecho a recibir
educación y que el Estado -Federación, Estados, Ciudad de México y municipios-
impartirá educación preescolar, primaria, secundaria y media superior, siendo
estas obligatorias. Asimismo, establece que la educación que imparta el Estado
tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y
fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos
humanos y la conciencia de la solidaridad internacional.
Sin embargo, la educación no
es una tarea exclusiva del Estado o de las autoridades educativas, sino que
requiere de la participación y comprometida de los padres y las madres de
familia, quienes tienen la obligación legal y moral de coadyuvar en el proceso
educativo de sus hijos e hijas. La Ley General de Educación establece en su
artículo 6° que los padres o tutores tienen el derecho preferente para elegir
el tipo de educación que habrá de impartirse a sus hijos menores o pupilos; así
como el deber ineludible e irrenunciable de preservar su salud física y mental;
participar activamente en su formación integral; apoyarlos para continuar sus
estudios; mantener una comunicación permanente con las autoridades escolares;
colaborar con ellas para mejorar los procesos educativos; participar en las
asociaciones civiles constituidas para apoyar a las instituciones educativas;
vigilar el cumplimiento del calendario escolar; conocer los planes y programas
aplicables al tipo o modalidad educativa correspondiente; conocer las
evaluaciones del aprovechamiento escolar; recibir orientación sobre
alternativas para continuar con su formación académica; conocer las
disposiciones legales aplicables al tipo o modalidad educativa correspondiente;
recibir información sobre programas sociales relacionados con la educación; así
como cumplir con las demás obligaciones previstas por esta Ley.
De esta manera, se puede
afirmar que la educación es una responsabilidad compartida entre la familia y
la escuela, donde cada uno tiene un papel fundamental para el éxito educativo
de los alumnos. A continuación, se desarrollan los aspectos más relevantes de
esta relación.
LA
RESPONSABILIDAD COMPARTIDA ENTRE LA FAMILIA Y LA ESCUELA
La familia y la escuela son
los dos contextos más importantes en la vida de los niños y niñas, ya que en
ellos se desarrollan sus capacidades físicas, intelectuales, emocionales,
sociales y morales. Ambos contextos están interrelacionados y se influyen
mutuamente, por lo que es necesario que exista una coordinación y una
colaboración entre ellos para favorecer el desarrollo integral de los alumnos.
La responsabilidad compartida
entre la familia y la escuela implica que ambos agentes educativos reconozcan
su papel fundamental en el proceso educativo y que asuman sus deberes y
derechos en relación con el mismo.
Esto supone que tanto la
familia como la escuela deben:
- Respetar la autonomía e identidad de cada uno, sin invadir sus espacios ni competencias.
- Comunicarse de forma fluida, frecuente y transparente, intercambiando información relevante sobre el desarrollo y el aprendizaje de los alumnos.
- Apoyarse mutuamente en la tarea educativa, ofreciendo orientación, recursos y soluciones a las posibles dificultades que puedan surgir.
- Participar activamente en las actividades y proyectos que se desarrollen en el ámbito escolar o familiar, fomentando el sentido de pertenencia y la integración de todos los miembros de la comunidad educativa.
- Establecer normas, valores y expectativas comunes y coherentes para los alumnos, promoviendo su motivación, su autoestima y su responsabilidad.
- Reconocer y valorar el esfuerzo, el trabajo y los logros de los alumnos, así como sus necesidades, intereses y potencialidades.
La responsabilidad compartida
entre la familia y la escuela no significa que ambos agentes educativos tengan
que hacer lo mismo o que tengan que renunciar a sus propias características o
funciones. Por el contrario, significa que ambos agentes educativos deben
complementarse y enriquecerse mutuamente, aprovechando sus fortalezas y
recursos para ofrecer una educación de calidad a los alumnos.
LAS OBLIGACIONES LEGALES DE LOS PADRES Y LAS MADRES EN LA EDUCACIÓN ESCOLAR
Como se ha mencionado
anteriormente, los padres y las madres tienen el derecho preferente para elegir
el tipo de educación que habrá de impartirse a sus hijos menores o pupilos. Sin
embargo, este derecho conlleva también una serie de obligaciones legales que deben
cumplir para garantizar el ejercicio del derecho a la educación de sus hijos e
hijas.
Entre estas obligaciones
legales se encuentran las siguientes:
- Inscribir a sus hijos e hijas en alguna de las instituciones educativas del Sistema Educativo Nacional o en aquellas con autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios.
- Asegurar la asistencia regular y puntual de sus hijos e hijas a las instituciones educativas donde estén inscritos.
- Proporcionar a sus hijos e hijas las condiciones materiales y afectivas necesarias para su desarrollo físico, mental y emocional.
- Participar activamente en su formación integral, apoyándolos para continuar sus estudios y mantener una comunicación permanente con las autoridades escolares.
- Colaborar con las autoridades escolares para mejorar los procesos educativos, participando en las asociaciones civiles constituidas para apoyar a las instituciones educativas.
- Vigilar el cumplimiento del calendario escolar y conocer los planes y programas aplicables al tipo o modalidad educativa correspondiente.
- Conocer las evaluaciones del aprovechamiento escolar de sus hijos e hijas y recibir orientación sobre alternativas para continuar con su formación académica.
- Conocer las disposiciones legales aplicables al tipo o modalidad educativa correspondiente y cumplir con las demás obligaciones previstas por la Ley General de Educación y otras normas aplicables.
- Recibir información sobre programas sociales relacionados con la educación y acceder a los beneficios que éstos ofrecen.
Estas obligaciones legales de
los padres y las madres en la educación escolar tienen como finalidad
garantizar el derecho a la educación de sus hijos e hijas, así como contribuir
al desarrollo del Sistema Educativo Nacional. El incumplimiento de estas obligaciones
puede acarrear consecuencias negativas para el desarrollo y el aprendizaje de
los alumnos, así como sanciones administrativas o penales para los padres y las
madres.
Los
problemas derivados de la falta o el exceso de intervención de los padres y las
madres en la escuela
La responsabilidad compartida
entre la familia y la escuela implica que ambos agentes educativos deben
mantener un equilibrio entre su participación e intervención en el proceso
educativo. Sin embargo, en ocasiones se pueden presentar situaciones en las que
se produce una falta o un exceso de intervención de los padres y las madres en
la escuela, lo que puede generar problemas para el desarrollo y el aprendizaje
de los alumnos.
La falta de intervención de
los padres y las madres en la escuela se refiere a la ausencia o la escasa
participación de éstos en el proceso educativo de sus hijos e hijas. Esto puede
deberse a diversos factores, como la falta de tiempo, de interés, de confianza
o de información.
Algunas consecuencias de esta
falta de intervención son:
- Desconocimiento del rendimiento académico, las necesidades, los intereses y las dificultades de sus hijos e hijas.
- Desvinculación con las autoridades escolares y con las actividades y proyectos que se desarrollan en el ámbito escolar.
- Falta de apoyo y orientación para sus hijos e hijas en su formación integral y en su continuidad educativa.
- Baja motivación, autoestima y responsabilidad de sus hijos e hijas en su proceso educativo.
- Mayor riesgo de abandono escolar, reprobación, bajo rendimiento o conductas problemáticas.
El exceso de intervención de
los padres y las madres en la escuela se refiere a la sobreprotección, la
intromisión o la presión excesiva que éstos ejercen sobre sus hijos e hijas o
sobre las autoridades escolares. Esto puede deberse a diversos factores, como
el afán de control, la ansiedad, la competencia o las expectativas irreales.
Algunas consecuencias de este exceso de intervención son:
- Invasión del espacio y la autonomía de sus hijos e hijas, impidiendo su desarrollo personal y social.
- Interferencia negativa en la labor docente, quitándole autoridad y respeto a los maestros y maestras.
- Generación de conflictos o tensiones con las autoridades escolares o con otros padres y madres.
- Sobrecarga emocional, estrés o frustración para sus hijos e hijas en su proceso educativo.
- Baja autoconfianza, creatividad y capacidad crítica de sus hijos e hijas en su aprendizaje.
CONCLUSIÓN
La relación entre familia y escuela es fundamental para el desarrollo integral de los niños y niñas. Ambos contextos están interrelacionados e influyen mutuamente en el proceso educativo. Por ello, es necesario que exista una responsabilidad compartida entre la familia y la escuela, donde ambos agentes educativos reconozcan su papel fundamental en el proceso educativo y que asuman sus deberes y derechos en relación con el mismo.
Para lograr una buena relación entre los centros educativos y las familias, se requiere establecer un clima ...clima de participación fluido entre ambas partes, basado en el respeto, la confianza y la comunicación. Asimismo, se requiere que ambos agentes educativos cumplan con sus obligaciones legales y que mantengan un equilibrio entre su participación e intervención en el proceso educativo, evitando la falta o el exceso de estas.
La educación es una
responsabilidad compartida entre la familia y la escuela, que implica un
compromiso mutuo por el bienestar y el desarrollo de los niños y niñas. Solo
así se podrá garantizar una educación de calidad que contribuya al progreso de
la sociedad.
FUENTES DE CONSULTA
- Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Artículo 3°. Recuperado de: https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_270121.pdf
- Ley General de Educación. Artículos 6° y 7°. Recuperado de: https://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/15131/1/images/ley_general_educacion_4t.pdf
- Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Artículo 13. Recuperado de: https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5374143&fecha=04/12/2014
- Epstein, J. (2011). School, family and community
partnerships: Preparing educators and improving schools. Boulder:
Westview Press.
- García, M. (2016). El involucramiento de las familias en la educación de los hijos: una revisión teórica. Revista Conrado, 12(54), 87-93. Recuperado de: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1990-86442016000200007
- González, M., & Rodríguez, M. (2018). Familia y escuela: responsabilidad compartida en el proceso educativo. Revista Conrado, 14(64), 387-392. Recuperado de: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1990-86442018000300387
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