Es un desafío enfrentar la idea de que, en muchas ocasiones, nos encontramos atrapados en un ciclo repetitivo, eligiendo a la misma clase de personas en nuestras relaciones, incluso cuando estas experiencias son dolorosas o perjudiciales. La afirmación de que "siempre me tocan parejas que me tratan mal" o el cuestionamiento, “¿Por qué no puedo encontrar un hombre o mujer buna?” no solo revela una frustración profunda, sino que también nos invita a explorar la posible responsabilidad personal en estas elecciones.
Las relaciones repetitivas se caracterizan por la tendencia a establecer vínculos con personas que comparten características similares, a menudo negativas, como la manipulación, el abuso emocional o la falta de compromiso. Este patrón no es un simple accidente; es el resultado de una serie de factores psicológicos profundamente arraigados.
Uno de los principales
factores que contribuyen a este fenómeno es el apego temprano. La teoría del
apego sugiere que las experiencias en la infancia con figuras parentales
influyen significativamente en nuestras relaciones adultas. Si una persona experimentó
inseguridad o abandono en su niñez, es probable que busque inconscientemente
situaciones similares en su vida adulta, recreando dinámicas familiares en un
intento de "resolver" conflictos no resueltos.
Otro factor es la autoimagen
y autoestima. Aquellos que tienen una autoestima baja pueden sentir que no
merecen relaciones saludables, lo que los lleva a aceptar comportamientos
abusivos como "normales" o "inevitables". Además, el miedo
al cambio puede mantener a las personas en relaciones conocidas, aunque sean
dañinas, simplemente porque lo desconocido resulta aterrador.
Es crucial entender que,
aunque muchos de estos factores operan a un nivel inconsciente, la
responsabilidad personal sigue siendo un componente central en nuestras
elecciones de pareja. La psicología nos enseña que nuestras decisiones, aunque
influenciadas por el pasado, son en última instancia nuestras. Reconocer esto es
el primer paso hacia el cambio.
La repetición de patrones
no es casual. Las personas a menudo se sienten atraídas por lo familiar,
incluso si lo familiar es doloroso. Esta atracción hacia lo conocido puede ser vista
como un intento de dominar el pasado, de "arreglar" algo que no se
resolvió correctamente en la infancia o en relaciones anteriores. Sin embargo,
este enfoque rara vez lleva al éxito y, en cambio, perpetúa el ciclo de
relaciones dañinas.
Históricamente, culpar a
la víctima ha sido una práctica común, especialmente en contextos de violencia
de género. Es importante criticar esta tendencia y entender que, aunque es
vital que las personas asuman la responsabilidad de sus decisiones, también es
esencial reconocer el impacto del entorno y las dinámicas de poder que pueden
limitar la capacidad de una persona para tomar decisiones completamente libres.
La psicología social
subraya que nuestras elecciones no se hacen en un vacío. La presión social, las
normas culturales y las experiencias traumáticas pueden influir en nuestras
decisiones de manera profunda. Por lo tanto, mientras es crucial que las
personas asuman su parte de responsabilidad, también debemos considerar cómo
estas influencias externas pueden limitar o distorsionar nuestra capacidad para
elegir de manera saludable.
Romper el ciclo de
relaciones repetitivas requiere un trabajo personal profundo. La terapia es una
herramienta para explorar las raíces de estos patrones y desarrollar nuevas
formas de relacionarse. A través de la terapia, las personas pueden identificar
las creencias limitantes y los patrones destructivos que perpetúan sus
problemas de relación.
Fortalecer la autoestima
es fundamental para romper el ciclo. Al mejorar la autoimagen, las personas
están mejor equipadas para establecer límites saludables y rechazar
comportamientos abusivos. El empoderamiento también juega un papel crucial; se
trata de recuperar el control sobre nuestras decisiones y reconocer que tenemos
la capacidad de cambiar nuestra vida amorosa para mejor.
La idea de que
"siempre me tocan parejas que me tratan mal" o “¿Por qué no puedo
encontrar un hombre o mujer buna?” es una afirmación que refleja una
experiencia real y dolorosa. Sin embargo, al explorar este fenómeno desde una
perspectiva psicológica, podemos ver que nuestras decisiones juegan un papel
crucial en la perpetuación de estos patrones. Asumir la responsabilidad
personal no es culparse, sino empoderarse para tomar decisiones diferentes y
más saludables en el futuro. A través del autoconocimiento, la terapia y el
fortalecimiento de la autoestima, es posible romper el ciclo y construir
relaciones que nos nutran y nos hagan crecer.
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