La cara oculta del emprendimiento: los riesgos de la autoexplotación

¿Alguna vez has soñado con ser tu propio jefe, tener tu propio horario, crear tu propio producto o servicio, y ganar mucho dinero? Si es así, quizás te hayas sentido tentado o tentada por la idea de emprender, es decir, de iniciar un negocio propio y convertirte en un emprendedor o una emprendedora.

 




El emprendimiento se ha convertido en una tendencia mundial, impulsada por el desarrollo tecnológico, la globalización, la crisis económica y la búsqueda de oportunidades. Cada vez más personas se animan a lanzarse al mundo de los negocios, ya sea por necesidad, por pasión o por ambición.

 

Sin embargo, emprender no es tan fácil ni tan glamoroso como parece. Detrás de las historias de éxito que vemos en los medios, hay muchas otras de fracaso, frustración y sufrimiento que no se cuentan. Emprender implica asumir riesgos, enfrentar desafíos, superar obstáculos y sacrificar muchas cosas.

 

Entre esas cosas, se encuentran la salud mental, las relaciones sociales y la vida familiar. Muchos emprendedores y emprendedoras descuidan estos aspectos de su vida, creyendo que son secundarios o que pueden recuperarlos más adelante. Sin embargo, esto puede tener consecuencias graves para su bienestar y su felicidad.

 

En este artículo, quiero analizar algunos de los riesgos que implica el emprendimiento para la salud mental, social y familiar, y ofrecer algunos consejos para prevenirlos o afrontarlos. Mi intención no es desanimarte ni desalentarte de emprender, sino ayudarte a hacerlo de una manera más consciente y equilibrada.

 

 

IDEOLOGÍA DEL EMPRENDIMIENTO

 

La ideología del emprendimiento es un conjunto de ideas, discursos y prácticas que promueven el emprendimiento como la mejor opción laboral, personal y social para las personas, especialmente para los jóvenes. Según esta ideología, el emprendedor o la emprendedora es un héroe o una heroína que se atreve a innovar, a crear, a arriesgar y a transformar el mundo con su visión y su talento. El emprendedor o la emprendedora es un modelo a seguir, un ejemplo de éxito, de libertad y de felicidad.

 

La ideología del emprendimiento se basa en una serie de supuestos que se presentan como verdades universales e indiscutibles, pero que en realidad son cuestionables y problemáticos.

 

Algunos de estos supuestos son:

 

  • El emprendimiento es una oportunidad para todos y todas. Basta con tener una buena idea, una actitud positiva y una voluntad de hierro para emprender. No importan las condiciones sociales, económicas o culturales que puedan facilitar o dificultar el emprendimiento. El emprendedor o la emprendedora es el único responsable de su destino y de su felicidad.

 

  • El emprendimiento es una fuente de riqueza, de desarrollo y de progreso para la sociedad. Los emprendedores y las emprendedoras generan empleo, innovación, competitividad y bienestar para ellos mismos y para los demás. El emprendimiento es la solución a los problemas sociales, económicos y ambientales que aquejan al mundo.

 

  • El emprendimiento es una forma de realización personal, de expresión de la identidad y de satisfacción de las necesidades y los deseos. Los emprendedores y las emprendedoras hacen lo que les gusta, lo que les apasiona, lo que les motiva. El emprendimiento es una forma de vida, una forma de ser, una forma de estar en el mundo.

 

 

LOS RIESGOS PARA LA SALUD MENTAL DE SER EMPRENDEDOR

 

Emprender puede ser una actividad muy estimulante y gratificante, pero también muy estresante y agotadora. Los emprendedores y las emprendedoras se enfrentan a una gran incertidumbre, a una alta competencia, a una fuerte presión, a una constante exigencia y a una enorme responsabilidad.

 

Estos factores pueden generar ansiedad, depresión, insomnio, irritabilidad, baja autoestima, falta de concentración, pérdida de interés, aislamiento, adicciones y otros problemas de salud mental. De hecho, según un estudio realizado por la Universidad de California en San Francisco, el 72% de los emprendedores reportaron haber sufrido algún tipo de problema de salud mental en su vida, frente al 48% de la población general1.

 

Además, muchos emprendedores y emprendedoras tienen que lidiar con el síndrome del impostor, es decir, con la sensación de no ser lo suficientemente buenos o buenos, de no merecer el éxito o de haberlo logrado por casualidad. Este síndrome puede afectar la confianza, la motivación y el rendimiento de los emprendedores y las emprendedoras, y hacerlos más vulnerables al fracaso.

 

Otro problema que afecta la salud mental de los emprendedores y las emprendedoras es el perfeccionismo, es decir, la tendencia a exigirse demasiado y a no conformarse con nada menos que la excelencia. El perfeccionismo puede ser un motor para mejorar y crecer, pero también puede ser una trampa que impide avanzar y disfrutar. Los emprendedores y las emprendedoras perfeccionistas pueden caer en la procrastinación, la frustración, la culpa y la insatisfacción.

 

 

¿CÓMO PREVENIR O AFRONTAR ESTOS RIESGOS?

 

Aquí te comparto algunas recomendaciones:

 

  • Busca ayuda profesional si sientes que no puedes manejar tu salud mental por tu cuenta. No hay nada de malo ni de vergonzoso en pedir apoyo a un psicólogo o a un psiquiatra. Al contrario, es una muestra de valentía y de inteligencia.

 

  • Cuida tu salud física, ya que está íntimamente relacionada con tu salud mental. Duerme lo suficiente, aliméntate bien, hidrátate, haz ejercicio y evita el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias nocivas.

 

  • Practica técnicas de relajación, como la meditación, el yoga, la respiración profunda, el mindfulness o la aromaterapia. Estas técnicas te ayudarán a reducir el estrés, a calmar la ansiedad y a mejorar tu estado de ánimo.

 

  • Reconoce y celebra tus logros, por pequeños que sean. No te compares con otros ni te fijes solo en lo que te falta o en lo que te sale mal. Sé agradecido o agradecida por lo que tienes y por lo que has conseguido, y reconoce tu valor y tu esfuerzo.

 

  • Acepta tus errores y aprende de ellos. No te castigues ni te des por vencido o vencida si algo no sale como esperabas. El fracaso es parte del proceso de emprendimiento y una oportunidad para crecer y mejorar. Sé flexible y adaptable, y busca soluciones creativas.

 

  • Busca un equilibrio entre el trabajo y el descanso. No te obsesiones ni te sobreexijas con tu proyecto. Establece horarios, prioridades y objetivos realistas, y respétalos. Dedica tiempo a hacer otras actividades que te gusten y te relajen, y desconecta de vez en cuando.

 

 

LOS RIESGOS PARA LAS RELACIONES SOCIALES Y LA VIDA FAMILIAR DE SER EMPRENDEDOR

 

Emprender puede ser una actividad muy solitaria y absorbente, que puede alejar a los emprendedores y las emprendedoras de sus amigos, familiares y pareja. Los emprendedores y las emprendedoras suelen dedicar la mayor parte de su tiempo y energía a su proyecto, dejando poco espacio para compartir y disfrutar con sus seres queridos.

 

Esto puede generar conflictos, resentimientos, incomunicación, desconfianza, infidelidad, rupturas y divorcios. Según un estudio realizado por la Universidad de Stanford, el 65% de los emprendedores reportaron haber tenido problemas con su pareja debido a su actividad empresarial, y el 30% se habían separado o divorciado.

Además, muchos emprendedores y emprendedoras tienen dificultades para hacer nuevos amigos o mantener los que ya tienen, ya que se sienten incomprendidos, aislados o juzgados por los demás. Los emprendedores y las emprendedoras pueden sentir que nadie los apoya, los respeta o los valora, o que solo se acercan a ellos por interés.

 

Esto puede provocar soledad, tristeza, amargura, envidia, rencor y hostilidad. De hecho, según un estudio realizado por la Universidad de Harvard, el 58% de los emprendedores se sentían solos o muy solos, frente al 35% de la población general.

 

 

¿CÓMO PREVENIR O AFRONTAR ESTOS RIESGOS?

 

Aquí te comparto algunas recomendaciones:

 

  • Busca el apoyo y la comprensión de tu pareja, tu familia y tus amigos. Explícales tu proyecto, tus metas, tus dificultades y tus emociones. Hazles saber que los quieres y que los necesitas, y que cuentas con ellos. Agradece su ayuda y su paciencia, y pídeles disculpas si los has descuidado o herido.

 

  • Dedica tiempo de calidad a tus seres queridos. No los dejes en segundo plano ni los uses como una vía de escape. Busca momentos para compartir y disfrutar con ellos, sin hablar de trabajo ni de problemas. Demuéstrales tu afecto, tu interés y tu atención. Sorpréndelos con detalles, regalos o planes especiales.

 

  • Busca un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. No permitas que tu proyecto se convierta en tu única razón de vivir ni en tu obsesión. Respeta tu tiempo libre y el de los demás, y no lo inviertas solo en trabajar. Aprovecha para hacer otras actividades que te enriquezcan y te diviertan, y que te permitan desconectar y relajarte.

 

  • Busca la compañía y el consejo de otros emprendedores y emprendedoras. No te aísles ni te encierres en tu burbuja. Participa en eventos, talleres, cursos, redes sociales y otras plataformas que te conecten con personas que comparten tu pasión y tu visión. Aprende de sus experiencias, intercambia ideas, colabora y crea alianzas.

 

  • Sé humilde y abierto o abierta a las críticas constructivas. No te creas superior ni inferior a nadie, ni te dejes llevar por el ego o la envidia. Reconoce tus fortalezas y tus debilidades, y busca mejorar constantemente. Escucha las opiniones y los consejos de los demás, y agradece su feedback. No te tomes todo como un ataque personal, sino como una oportunidad para crecer y mejorar.

 

 

Emprender es una aventura apasionante, pero también peligrosa. Los emprendedores y las emprendedoras se enfrentan a numerosos riesgos para su salud mental, social y familiar, que pueden afectar su bienestar y su felicidad.

 

Sin embargo, estos riesgos no son inevitables ni insuperables. Con una actitud positiva, una buena planificación, una adecuada gestión y un adecuado apoyo, se pueden prevenir o afrontar estos riesgos, y lograr un equilibrio entre el trabajo y la vida personal.

 

No se trata de renunciar al sueño de emprender, sino de hacerlo de una manera más consciente y responsable. No se trata de emprender o morir, sino de emprender y vivir.

 

Espero que este artículo te haya servido para reflexionar sobre el emprendimiento y sus riesgos, y para tomar mejores decisiones al respecto. Si te ha gustado, te invito a compartirlo con tus amigos, familiares y colegas, y a dejarme tus comentarios, sugerencias o preguntas.

 

 

 

FUENTES DE INFORMACIÓN

 

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