El victimismo: una herencia histórica que debemos dejar atrás

El victimismo es una forma de pensar y de actuar que consiste en asumir el papel de víctima frente a las situaciones de la vida, culpando a los demás o al destino de los problemas y sufrimientos propios, y evitando asumir la responsabilidad y el control sobre las propias acciones y emociones. El victimismo es un fenómeno psicológico que puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, género, cultura o nivel socioeconómico. Sin embargo, en este artículo me propongo analizar el victimismo como una forma de vida que caracteriza a una parte importante de la población mexicana, y que tiene consecuencias negativas tanto a nivel individual como colectivo.

 

¿Por qué el victimismo es tan frecuente en México? ¿Qué factores históricos, sociales, culturales y políticos han contribuido a su desarrollo y mantenimiento? ¿Qué efectos tiene el victimismo en la salud mental, la autoestima, la motivación, la creatividad, la productividad, la convivencia y la democracia de los mexicanos? ¿Qué se puede hacer para superar el victimismo y adoptar una actitud más proactiva, positiva y resiliente ante los retos y las oportunidades que ofrece el mundo actual? Estas son algunas de las preguntas que intentaré responder en este artículo, basándome en mi experiencia como psicólogo.




 

EL ORIGEN DEL VICTIMISMO EN MÉXICO

 

El victimismo no es un rasgo innato o genético de los mexicanos, sino que es el resultado de una serie de procesos históricos, sociales, culturales y políticos que han moldeado la forma de ser y de pensar de muchas generaciones. Como, por ejemplo:

 

  • La conquista española: La invasión y colonización de México por parte de los españoles supuso un trauma histórico para los pueblos originarios, que sufrieron la explotación, la opresión, la violencia, la discriminación, la pérdida de su identidad cultural y el sometimiento a una religión ajena. Estas experiencias generaron un sentimiento de inferioridad, impotencia y resentimiento hacia el conquistador, que se ha transmitido a lo largo de los siglos.

 

  • La independencia y la revolución: Los movimientos independentistas y revolucionarios que se dieron en México fueron respuestas legítimas y heroicas al dominio colonial y al régimen porfirista. Sin embargo, también tuvieron un costo humano muy alto, que dejó secuelas de dolor, pobreza, injusticia y desigualdad. Además, estos procesos no lograron consolidar una nación unida, democrática y soberana, sino que dieron paso a nuevos conflictos internos, intervenciones extranjeras e intereses oligárquicos.

 

  • El PRI: El Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernó México durante más de 70 años, bajo un sistema político autoritario, corrupto y clientelista. El PRI se presentaba como el único garante del orden, la estabilidad y el progreso del país, mientras reprimía cualquier forma de oposición o disidencia. El PRI creó una cultura política basada en el paternalismo, el corporativismo, el populismo y el nacionalismo. El PRI fomentó la dependencia, la sumisión, la lealtad y el conformismo de los ciudadanos hacia el Estado. También alimentó el mito del “malinchismo”, es decir, la idea de que los mexicanos son traidores a su patria y se venden al extranjero.

 

  • El neoliberalismo: A partir de los años 80 del siglo pasado, México adoptó un modelo económico neoliberal que implicó la apertura comercial, la privatización de empresas públicas, la reducción del gasto social y la flexibilización laboral. Estas medidas tuvieron como consecuencia un aumento de la pobreza, la desigualdad, la precariedad, la informalidad y la exclusión social. El neoliberalismo también debilitó el papel del Estado como proveedor de bienes públicos y regulador del mercado. Favoreció el surgimiento y el crecimiento del narcotráfico, el crimen organizado y la violencia. Erosionó la soberanía nacional y la identidad cultural de los mexicanos y las mexicanas.

 

Estos son solo algunos de los factores que han influido en el desarrollo del victimismo en México, pero no son los únicos. También hay que considerar otros aspectos como la educación, la familia, los medios de comunicación, la religión, el arte, etc. Todos estos elementos conforman un entramado complejo y dinámico que configura la psicología colectiva de los mexicanos.

 

LOS EFECTOS DEL VICTIMISMO EN MÉXICO

 

El victimismo tiene consecuencias negativas tanto a nivel individual como colectivo. Por ejemplo:

 

  • A nivel individual: El victimismo afecta a la salud mental de las personas, ya que genera estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima, falta de confianza, frustración, resentimiento y agresividad. Afecta a la motivación, la creatividad y la productividad, ya que las lleva a adoptar una actitud pasiva, conformista, fatalista y derrotista ante los problemas y las metas e impide el desarrollo personal y profesional de las personas, al renunciar a sus sueños, sus proyectos y sus potencialidades.

 

  • A nivel colectivo: El victimismo afecta a la convivencia social de los mexicanos, ya que dificulta la comunicación, la cooperación, la solidaridad y el respeto entre los diferentes grupos y sectores de la sociedad. Afecta a la democracia, ya que propicia la apatía, el desinterés, el cinismo y el abstencionismo político e impide el progreso social y económico de México, al obstaculizar la innovación, la competitividad, la calidad y la equidad.

 

EL CAMINO PARA SUPERAR EL VICTIMISMO EN MÉXICO

 

El victimismo no es una condena ni un destino inevitable para los mexicanos y las mexicanas. El victimismo es una forma de vida que se puede cambiar y superar. Para ello, se requiere de un esfuerzo individual y colectivo, basado en los siguientes principios:

 

  • A nivel individual: Cada persona debe asumir la responsabilidad de su propia vida, reconociendo sus errores, sus debilidades y sus limitaciones, pero también sus aciertos, sus fortalezas y sus capacidades. Debe tomar el control de su propia vida, buscando soluciones creativas y efectivas a sus problemas, estableciendo metas realistas y alcanzables, y aprovechando las oportunidades que se le presentan. Debe cultivar una actitud positiva y resiliente ante la vida, aceptando los desafíos como oportunidades de aprendizaje y crecimiento, valorando lo que tiene y lo que ha logrado, y disfrutando del presente sin olvidar el futuro.

 

  • A nivel colectivo: Los mexicanos y las mexicanas deben construir una sociedad más justa, más inclusiva y más participativa, donde se respeten los derechos humanos, se promueva la equidad de género, se combata la corrupción, se fortalezca el Estado de derecho y se garantice el acceso a la educación, la salud, el trabajo y la cultura. Los mexicanos/as deben desarrollar una cultura política más crítica, más informada y más comprometida con el bien común, así como también se debe fomentar una identidad nacional más pluralista, diversa e integradora.

 

CONCLUSIÓN

 

El victimismo es una forma de vida que afecta negativamente a los mexicanos a nivel individual y colectivo. El victimismo es el resultado de una serie de procesos históricos, sociales, culturales y políticos que han marcado la psicología colectiva de los mexicanos. Se puede superar mediante un esfuerzo individual y colectivo, basado en la responsabilidad, el control, la actitud positiva y resiliente, la justicia social, la participación ciudadana y la identidad nacional. Los mexicanos/as tenemos el potencial para ser protagonistas de nuestra propia historia y para construir un país mejor.

 

FUENTES:

 

  • Zitek E.M., Jordan A.H., Monin B., Leach F.R. (2010). Victim entitlement to behave selfishly. Journal of Personality and Social Psychology 98(2):245-255.
  • Gabay R., Hameiri B., Rubel-Lifschitz T., Nadler

 


 

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