Las terapias de tercera generación: una alternativa eficaz a las terapias tradicionales

¿Te has preguntado alguna vez qué es la psicología y cómo ha evolucionado a lo largo de la historia? ¿Sabes qué son las terapias de tercera generación y en qué se diferencian de las anteriores? ¿Conoces los beneficios que pueden aportarte estas nuevas formas de intervención psicológica? 




La psicología es la ciencia que estudia la mente y el comportamiento humano. Su origen se remonta a la antigüedad, cuando los filósofos griegos se preguntaban sobre el alma, la razón y las emociones. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando la psicología se consolidó como una disciplina científica independiente, gracias al trabajo de pioneros como Wilhelm Wundt, quien creó el primer laboratorio de psicología experimental1.


Desde entonces, la psicología ha experimentado diversos cambios y avances, dando lugar a diferentes corrientes o escuelas que han intentado explicar y modificar los fenómenos psicológicos desde distintas perspectivas. Así, podemos distinguir tres grandes olas o generaciones de terapias psicológicas2:


  • La primera generación o terapia conductual se centró en el estudio y la modificación de las conductas observables, mediante el uso de técnicas basadas en el aprendizaje. Su principal representante fue B. F. Skinner, quien desarrolló el concepto de condicionamiento operante.
  • La segunda generación o terapia cognitivo-conductual se enfocó en el estudio y la modificación de los procesos cognitivos, es decir, los pensamientos, las creencias y las interpretaciones que hacemos de la realidad. Su principal representante fue Aaron Beck, quien desarrolló la terapia cognitiva para tratar los trastornos depresivos.
  • La tercera generación o terapia contextual se orientó al estudio y la modificación de la relación que tenemos con nuestros pensamientos, emociones y sensaciones, sin intentar eliminarlos o controlarlos. Su principal representante fue Steven Hayes, quien desarrolló la terapia de aceptación y compromiso.

Las terapias de tercera generación surgieron como una respuesta a las limitaciones y los problemas que presentaban las terapias anteriores. Algunos de estos problemas eran2:
  • El excesivo énfasis en la reducción o eliminación de los síntomas, sin tener en cuenta el contexto y el significado personal de cada individuo.
  • La falta de atención a los aspectos positivos y saludables del ser humano, como los valores, las fortalezas y las potencialidades.
  • La rigidez y la estandarización de los protocolos terapéuticos, que no se adaptaban a las necesidades y preferencias de cada paciente.
  • La escasa evidencia empírica sobre la efectividad a largo plazo de algunas intervenciones.


Las terapias de tercera generación se basan en una serie de principios comunes que las diferencian de las anteriores. Estos principios son2:

  • El uso del análisis funcional del comportamiento, que consiste en identificar las variables que influyen en el comportamiento del individuo, tanto internas como externas, y cómo se relacionan entre sí.
  • El uso del mindfulness o atención plena, que consiste en prestar atención al momento presente, con una actitud abierta, curiosa y aceptadora, sin juzgar ni reaccionar automáticamente.
  • El uso de la aceptación, que consiste en reconocer y permitir la presencia de los pensamientos, emociones y sensaciones desagradables, sin intentar evitarlos o cambiarlos.
  • El uso del desapego o defusión cognitiva, que consiste en tomar distancia de los pensamientos y verlos como lo que son: meras palabras o imágenes mentales, que no tienen porqué corresponderse con la realidad ni definirnos como personas.
  • El uso del compromiso con los valores personales, que consiste en elegir y actuar según lo que es importante para nosotros, lo que le da sentido a nuestra vida.
  • El uso de la flexibilidad psicológica, que consiste en la capacidad de adaptarse a las diferentes situaciones y contextos, sin perder de vista nuestros valores y objetivos.


Existen diferentes tipos de terapias de tercera generación, que se han aplicado a diversos problemas y trastornos psicológicos, como la ansiedad, la depresión, el estrés, las adicciones, los trastornos alimentarios, el dolor crónico, etc. Algunas de las más conocidas son23:


  • La terapia de aceptación y compromiso (ACT), que se basa en el modelo hexaflex, que incluye seis procesos: aceptación, defusión, contacto con el presente, yo como contexto, valores y acción comprometida.
  • La psicoterapia analítica funcional (FAP), que se basa en el análisis funcional de la relación terapéutica, que se utiliza como un contexto de aprendizaje y cambio para el paciente.
  • La terapia dialéctica conductual (TDC), que se basa en el equilibrio entre la aceptación y el cambio, mediante el uso de estrategias cognitivas, conductuales y emocionales.
  • La terapia cognitiva basada en mindfulness (MBCT), que se basa en la integración de la terapia cognitiva con el mindfulness, para prevenir las recaídas en los trastornos depresivos.
  • La terapia de activación conductual (TAC), que se basa en la activación de conductas placenteras y significativas, para contrarrestar los efectos de la inercia y el aislamiento en la depresión.
  • La terapia focalizada en la compasión (TFC), que se basa en el desarrollo de la compasión hacia uno mismo y hacia los demás, para afrontar el sufrimiento y mejorar el bienestar.

Los beneficios de las terapias de tercera generación son numerosos y variados. Algunos de ellos son2:

  • Mejoran la calidad de vida y la satisfacción personal de los pacientes, al ayudarles a vivir una vida más plena y coherente con sus valores.
  • Favorecen el autoconocimiento y el crecimiento personal, al fomentar una actitud reflexiva y crítica sobre uno mismo y sobre el mundo.
  • Potencian la resiliencia y la autoeficacia, al dotar a los pacientes de herramientas para afrontar las dificultades y los desafíos que se presentan en la vida.
  • Promueven la salud mental y física, al reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y otros síntomas psicológicos, así como sus consecuencias negativas sobre el organismo.
  • Facilitan las relaciones interpersonales, al mejorar la comunicación, la empatía, la asertividad y la cooperación con los demás.

En conclusión, las terapias de tercera generación son una nueva forma de entender y tratar la mente humana, que se aleja del modelo tradicional basado en los síntomas y se acerca al modelo contextual basado en los procesos. Estas terapias ofrecen una visión más amplia e integradora de la psicología, que tiene en cuenta tanto los aspectos biológicos, psicológicos y sociales del individuo, así como su historia personal, su cultura y su entorno. Estas terapias se basan en el uso de técnicas innovadoras y eficaces, que han demostrado su validez científica y su utilidad clínica. Estas terapias suponen un reto y una oportunidad para los profesionales de la psicología, que deben estar al día de los avances y las novedades en este campo. Asimismo, suponen una esperanza y una alternativa para los pacientes, que pueden encontrar en estas terapias una forma de mejorar su salud y su bienestar.


FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

  • Hayes, S. C., Strosahl, K. D., & Wilson, K. G. (2012). Acceptance and commitment therapy: The process and practice of mindful change (2nd ed.). New York: Guilford Press.
  • Luciano, M. C., & Hayes, S. C. (Eds.). (2019). Terapias de tercera generación: principios básicos y aplicaciones clínicas. Madrid: Pirámide.
  • Pérez-Álvarez, M., García-Montes, J. M., & Fernández-Hermida, J. R. (2019). Las terapias de tercera generación como terapias contextuales. Madrid: Alianza Editorial.





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