La normalización del conflicto es un fenómeno psicológico que consiste en creer que los problemas habituales entre dos personas que se aman son el estándar y que, como no hay personas perfectas, pelear constantemente es inevitable. Es decir, se trata de asumir que el conflicto es parte natural e inherente de la convivencia y que no se puede hacer nada para evitarlo o resolverlo.
La normalización del conflicto suele estar asociada a la influencia de los mitos del amor romántico, que son creencias irracionales y distorsionadas sobre lo que significa el amor y cómo debe ser una relación de pareja. Algunos de estos mitos son:
El amor todo lo puede: se cree que el amor es una fuerza mágica que puede superar cualquier dificultad o diferencia, sin necesidad de comunicación, negociación o compromiso.
El amor es para siempre: se cree que el amor es eterno e incondicional, y que no cambia ni se acaba con el tiempo o las circunstancias.
El amor es exclusivo: se cree que el amor implica una entrega total y absoluta al otro, renunciando a la propia identidad, autonomía y proyectos personales.
El amor es sufrimiento: se cree que el amor implica sacrificio, dolor y renuncia, y que cuanto más se sufre por el otro, más se le ama.
Estos mitos pueden generar expectativas irreales e insatisfacción en la pareja, así como justificar conductas negativas o dañinas, como los celos, la dependencia, el control o la violencia.
¿Por qué es peligroso normalizar el conflicto?
Normalizar el conflicto puede tener consecuencias negativas tanto para la pareja como para cada uno de sus miembros. Algunas de estas consecuencias son:
- Se pierde la capacidad de diálogo y resolución de problemas, lo que genera más frustración, resentimiento y distancia entre la pareja.
- Se deteriora la calidad de la relación, al disminuir el respeto, la confianza, el apoyo y la intimidad entre la pareja.
- Se afecta la salud física y mental de las personas involucradas, al aumentar el estrés, la ansiedad, la depresión y el riesgo de padecer enfermedades.
- Se incrementa la probabilidad de sufrir o ejercer violencia física, psicológica o sexual en la pareja, lo que puede tener consecuencias graves e irreversibles.
¿Qué se puede hacer para evitar normalizar el conflicto?
Para evitar normalizar el conflicto en la pareja, es necesario tomar conciencia de los mitos del amor romántico que pueden estar influyendo en nuestra forma de pensar y actuar. También es importante desarrollar habilidades para comunicarnos de forma asertiva y constructiva con nuestra pareja, expresando nuestros sentimientos, necesidades y deseos sin agredir ni someternos al otro. Asimismo, es fundamental respetar la individualidad y la libertad de cada uno, fomentando espacios propios y compartidos que enriquezcan la relación. Por último, es conveniente buscar ayuda profesional cuando los conflictos sean frecuentes o intensos y afecten nuestra salud o seguridad.
Conclusión
El conflicto es inevitable en cualquier relación humana, pero no tiene por qué ser constante ni destructivo. El amor no lo puede todo ni lo justifica todo. El amor implica respeto, comunicación, compromiso y crecimiento mutuo. No debemos normalizar el conflicto ni resignarnos a vivir una relación insatisfactoria o dañina. Podemos aprender a gestionar el conflicto de forma positiva y constructiva, buscando siempre el bienestar propio y el de nuestra pareja.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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