La crisis de la mediana edad es un periodo de cuestionamiento personal que suele ocurrir alrededor de los 40 o 50 años, cuando se pasa de la juventud a la madurez. Es un momento en el que se toma conciencia de la mortalidad, se evalúa la propia vida y se plantean nuevos retos o cambios. No todas las personas experimentan esta crisis, ni todas lo hacen de la misma manera, pero puede ser una oportunidad para crecer y mejorar como personas.
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ÍNDICE
- Introducción
- ¿Qué es la crisis de la mediana edad?
- ¿Qué síntomas y características tiene?
- ¿Qué causas la provocan?
- ¿Cómo superarla?
- Fuentes de consulta
INTRODUCCIÓN
La vida está llena de etapas y transiciones que nos obligan
a adaptarnos y a renovarnos. Una de estas etapas es la mediana edad, que abarca
aproximadamente desde los 40 hasta los 60 años. Durante este periodo, muchas
personas pueden experimentar una crisis existencial, en la que se cuestionan su
pasado, su presente y su futuro. Esta crisis puede ser provocada por diversos
factores, como el envejecimiento, la menopausia, la pérdida de un ser querido,
el cambio de roles familiares o laborales, o el sentimiento de insatisfacción o
fracaso.
La crisis de la mediana edad no es una enfermedad ni un trastorno psicológico, sino una fase normal del desarrollo humano. Sin embargo, puede generar malestar emocional, ansiedad, depresión, estrés o conflictos interpersonales si no se afronta adecuadamente. Por eso, es importante reconocer los síntomas y las causas de esta crisis, y buscar soluciones que nos ayuden a superarla y a aprovecharla como una oportunidad para crecer y mejorar nuestra calidad de vida.
En este artículo vamos a explicar qué es la crisis de la
mediana edad, qué síntomas y características tiene, qué causas la provocan y
cómo superarla. Esperamos que esta información te sea útil y te anime a vivir
esta etapa con optimismo y esperanza.
¿Qué es la crisis de la mediana edad?
La crisis de la mediana edad es un periodo de cuestionamiento personal que suele ocurrir alrededor de los 40 o 50 años, cuando se pasa de la juventud a la madurez. El término fue acuñado por el psicólogo canadiense Elliot Jaques en 1965, para referirse al momento en que una persona toma verdadera consciencia de su propia mortalidad. Algo así como asumir: “No solo los demás se mueren, también yo me voy a morir”.
Esta toma de conciencia puede llevar a la persona a hacer un balance de su vida y a preguntarse si ha cumplido sus sueños, sus metas o sus expectativas. También puede hacerle reflexionar sobre sus valores, sus creencias y sus deseos. Esta evaluación puede generar satisfacción o insatisfacción, dependiendo del grado de congruencia entre lo que se tiene y lo que se quiere.
La crisis de la mediana edad puede ser también un momento de cambio y de búsqueda de nuevos retos o experiencias. Algunas personas pueden sentir la necesidad de renovarse o reinventarse, ya sea en el ámbito personal, familiar o profesional. Otras pueden sentir el deseo de recuperar su juventud o su libertad, haciendo actividades que antes no hacían o buscando nuevas relaciones afectivas.
Esta no es una etapa fija ni obligatoria en el ciclo vital.
No todas las personas la experimentan ni la viven de la misma forma. Algunas
personas pueden atravesar esta etapa con tranquilidad y madurez, mientras que
otras pueden sufrir una crisis más intensa y prolongada, puede variar según la
cultura, el género, la personalidad o el contexto de cada persona.
¿Qué síntomas y características tiene?
Las personas que pasan por la crisis de la mediana edad
pueden presentar algunos o todos estos síntomas y características:
Tomar conciencia de la mortalidad. Se
toma consciencia de que la vida es limitada y que el tiempo pasa.
Evaluar su realidad. Se
preguntan si lo que tienen es lo que deseaban, si han alcanzado el éxito o
cumplido con sus expectativas o sueños.
Reflexionar y hacer balance. Se
revisa el pasado, el presente y el futuro, y se valoran los logros y los
fracasos.
Plantearse nuevas metas. Si la
persona percibe que no ha cumplido con sus expectativas, puede hacer un cambio
radical en su vida. Terminar su matrimonio, dejar su trabajo para dedicarse a
algo que le guste más o hacer los viajes que nunca hizo son algunas de las opciones
que más se dan en estas crisis.
Recuperar la juventud. Se
cuida la apariencia física, se realizan actividades asociadas a la juventud, se
comienza a practicar un deporte, se viste más juvenil…
Formarse en aquello que le apasiona. Ya sea
estudiando una nueva carrera, leyendo libros o información sobre el tema
elegido o acudiendo a cursos y talleres.
Buscar compañeros/as afectivos jóvenes. Es
común que se desee la atención de una persona más joven buscando nuevas
sensaciones. Algunas parejas se separan y en otras es posible que se cometan
infidelidades.
Contarle al mundo su nueva vida. Ya sea en reuniones o a través de sus redes sociales quieren mostrar a los demás lo que han descubierto, cómo son ahora, cómo piensan y cómo es su nueva vida.
Estos síntomas y características no tienen por qué ser
negativos ni patológicos, siempre y cuando no generen un malestar significativo
ni afecten al funcionamiento normal de la persona. De hecho, pueden ser una
forma de expresar el deseo de crecimiento personal, de renovación o de
adaptación a los cambios.
Foto de Kendall Scott en Unsplash
¿Qué causas la provocan?
La crisis de la mediana edad puede ser provocada por
diversos factores, tanto internos como externos, que pueden actuar de forma
aislada o combinada. Algunas de estas causas son:
El envejecimiento. Es el
factor más evidente y común. La persona nota los cambios físicos y psicológicos
propios del paso del tiempo, como la pérdida de energía, la aparición de
arrugas o canas, el deterioro de la salud o la disminución del rendimiento
cognitivo.
La menopausia o el climaterio. Son
procesos biológicos que afectan tanto a las mujeres como a los hombres, y que
implican cambios hormonales y fisiológicos que pueden alterar el estado de
ánimo, la autoestima o la sexualidad.
La pérdida o el abandono de un ser querido. Ya
sea por fallecimiento o por separación, la ausencia de una persona
significativa puede generar un duelo o una sensación de vacío o soledad.
El cambio de roles familiares o laborales. La
persona puede enfrentarse a situaciones como el nido vacío (cuando los hijos se
van de casa), el cuidado de los padres ancianos, el despido o la jubilación
anticipada, que suponen una reorganización de su identidad, de su rol social o
de su proyecto vital.
El sentimiento de insatisfacción o fracaso. La persona puede sentir que no ha logrado lo que se proponía, que ha desperdiciado su tiempo o que no ha sido feliz. Esto puede generar frustración, decepción, culpa o resentimiento.
Estas causas pueden actuar como desencadenantes o como agravantes
de la crisis de la mediana edad, pero no son determinantes ni inevitables. Cada
persona puede vivir estos factores de forma diferente, dependiendo de sus
recursos personales, de su apoyo social y de su actitud ante la vida.
¿Cómo superarla?
La crisis de la mediana edad puede ser una oportunidad para
crecer y mejorar como personas, si se afronta con optimismo y esperanza. Para
ello, es importante seguir algunas recomendaciones:
Aceptar el envejecimiento como un proceso
natural. No se trata de negar o rechazar los cambios físicos y
psicológicos que conlleva el paso del tiempo, sino de asumirlos con naturalidad
y adaptarse a ellos. El envejecimiento no implica perder capacidades o
posibilidades, sino desarrollar otras nuevas y aprovechar la experiencia y la
sabiduría acumuladas.
Valorar lo positivo de la propia vida. En
lugar de centrarse en lo que no se ha hecho o en lo que se ha perdido, es
conveniente hacer un balance positivo de lo que se ha logrado y de lo que se
tiene. Reconocer los éxitos, los aprendizajes, las relaciones y las
experiencias gratificantes que han formado parte de nuestra vida nos ayuda a
sentirnos satisfechos y orgullosos de nosotros mismos.
Plantearse nuevos objetivos o proyectos. La
crisis de la mediana edad puede ser un buen momento para replantearse qué
queremos hacer con nuestra vida y qué cambios podemos introducir para
mejorarla. Se trata de buscar nuevos retos o experiencias que nos motiven, nos
ilusionen y nos hagan sentir vivos. Estos objetivos o proyectos deben ser
realistas, concretos y alcanzables, y deben estar en consonancia con nuestros
valores, intereses y capacidades.
Cuidar la salud física y mental. Para
afrontar la crisis de la mediana edad es fundamental mantener un buen estado de
salud, tanto física como mental. Esto implica llevar una alimentación
equilibrada, hacer ejercicio regularmente, descansar adecuadamente, evitar el
consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias nocivas, y practicar hábitos
saludables como la relajación, la meditación o el mindfulness. También es
importante cuidar la autoestima, el humor y la actitud positiva ante la vida.
Fortalecer el apoyo social.
Contar con el apoyo de las personas que nos quieren y nos comprenden es
esencial para superar la crisis de la mediana edad. La familia, los amigos, los
compañeros o los grupos de interés pueden ofrecernos afecto, comprensión,
consejo o ayuda cuando lo necesitemos. Asimismo, podemos aprovechar esta etapa
para mejorar nuestra comunicación, nuestra intimidad y nuestra convivencia con
nuestra pareja, nuestros hijos o nuestros padres.
Buscar ayuda profesional si es necesario. Si la
crisis de la mediana edad nos genera un malestar intenso o prolongado que
afecta a nuestro funcionamiento normal o a nuestra calidad de vida, es
conveniente consultar con un profesional de la psicología que nos oriente y nos
ayude a superarla. Un psicólogo puede ayudarnos a identificar y modificar los
pensamientos negativos o irracionales que nos generan ansiedad o depresión, a
expresar y gestionar nuestras emociones adecuadamente, a resolver los
conflictos interpersonales que podamos tener y a desarrollar estrategias para
afrontar los cambios o las dificultades que se nos presenten.
FUENTES DE CONSULTA
- Jaques E. (1965). Death
and the midlife crisis. International Journal of Psychoanalysis 46: 502–514.
- https://www.psicologia-online.com/crisis-de-la-mediana-edad-sintomas-causas-y-soluciones-4993.html
- https://es.wikipedia.org/wiki/Crisis_de_la_mediana_edad
- Shek DTL. (1996). Mid-life crisis in Chinese men and women. Journal of Psychology 130: 109–119.
- Wethington E. (2000). Expecting stress: Americans and the \"midlife crisis\". Motivation and Emotion 24: 85–103.
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