Las heridas de la infancia son los patrones que repetimos según lo que vivimos en nuestros primeros años de vida. Surgen a partir de ciertas dificultades o experiencias dolorosas, por las cuales desarrollamos ciertas conductas para “sobrevivir” o tolerar lo que vivimos en ese momento. Sin embargo, pasa que seguimos repitiéndolas a lo largo de nuestra vida, una y otra vez, a pesar de que ya no sean necesarias.
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La herida de abandono es una de las más comunes y profundas. Se refiere a experiencias de soledad. Puede ser porque una de las figuras parentales no estuvo presente o porque no hubo una conexión emocional. Si bien actualmente se puede comprender qué estaba pasando realmente con nuestros cuidadores, en la niñez es probable que estas experiencias se tomen de manera personal.
En este artículo te explicaré qué es la herida de abandono,
cómo surge, su máscara social, cómo afecta en la vida adulta, cómo
identificarla y cómo sanarla. También te daré algunas sugerencias para mejorar
tu bienestar y tu autoestima.
ÍNDICE
- Qué es la herida de abandono.
- Cómo surge la herida de abandono.
- La máscara social de la herida de abandono.
- Cómo afecta la herida de abandono en la vida adulta.
- Cómo identificar la herida de abandono.
- Cómo sanar la herida de abandono.
- Sugerencias.
- Recomendaciones.
¿Qué es la herida de abandono?
La herida de abandono es una lesión emocional que se produce
cuando sentimos que no somos queridos ni cuidados por nuestros padres o
cuidadores principales. Es una sensación de vacío, de falta de amor y de
seguridad.
¿Cómo surge?
Puede surgir por diferentes motivos, tanto objetivos como
subjetivos. Algunos ejemplos son:
- La ausencia física o emocional de uno o ambos padres, incluyendo la separación o el divorcio.
- El fallecimiento de un ser querido.
- El maltrato físico o emocional por parte de los padres.
- La falta de atención o de afecto por parte de los padres.
- La preferencia de los padres por otro hermano.
- El nacimiento de un hermano que desplaza al niño.
- El ingreso del niño en una guardería o en el colegio.
- El cambio de domicilio o de escuela.
- El rechazo o el acoso por parte de los compañeros.
La máscara social de la herida de abandono
La máscara social es la forma que adoptamos para ocultar
nuestra herida y protegernos del dolor. Es una especie de disfraz que nos
ponemos para adaptarnos al mundo y evitar el sufrimiento. Sin embargo, esta
máscara también nos impide ser auténticos y expresar nuestras verdaderas
emociones y necesidades.
La máscara social de la herida de abandono es la dependencia
o la de la independencia. Veamos en qué consisten:
La máscara de la dependencia: Es la que usan las personas que tienen un gran miedo a quedarse solas y a ser abandonadas de nuevo. Por eso, buscan constantemente la aprobación y el afecto de los demás, y se aferran a sus relaciones como si fueran una tabla de salvación. Son personas que se sienten incompletas y que necesitan a alguien que las complete y las haga felices. Suelen tener baja autoestima, inseguridad, celos, ansiedad y dificultad para tomar decisiones por sí mismas.
La máscara de la independencia: Es la que usan las
personas que han desarrollado una gran desconfianza hacia los demás y hacia el
amor. Por eso, se muestran como personas autosuficientes, fuertes y distantes,
que no necesitan a nadie y que prefieren estar solas. Son personas que se han
cerrado al amor y que evitan el compromiso y la intimidad. Suelen tener
orgullo, frialdad, indiferencia, rencor y dificultad para expresar sus
sentimientos.
Estas dos máscaras son opuestas pero complementarias. Ambas
esconden una profunda herida de abandono que no ha sido sanada.
¿Cómo afecta en la vida adulta?
La herida de abandono puede tener consecuencias negativas en la vida adulta, tanto a nivel personal
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como relacional. Algunas de estas consecuencias son:
Baja autoestima: Las personas con herida de abandono suelen tener una imagen negativa de sí mismas. Se sienten poco valiosas, poco merecedoras y atractivas. Se critican constantemente y se comparan con los demás. Tienen dificultad para reconocer sus cualidades y sus logros.
Sentimiento de vacío: Las personas con herida de abandono
suelen sentir un vacío interior que no pueden llenar con nada. Se sienten
insatisfechas e infelices con su vida. Les falta sentido y propósito. Buscan
llenar ese vacío con cosas externas, como el trabajo, el consumo, las
adicciones o las relaciones superficiales.
Miedo al abandono: Las personas con herida de abandono
suelen tener un gran temor a que las personas que quieren las dejen o las
rechacen. Por eso, pueden estar muy alertas a las señales de desinterés o de
distancia, y reaccionar con ansiedad, celos o enfado. También pueden
anticiparse al abandono y alejarse ellas mismas de las relaciones que les
generan inseguridad.
Dependencia emocional: Las personas con herida de abandono
suelen tener una necesidad excesiva de amor y de atención por parte de los
demás. Por eso, pueden aferrarse a sus relaciones como si fueran una tabla de
salvación, y sacrificar sus propios intereses y necesidades por complacer a los
demás. También pueden idealizar a sus parejas y ponerlas en un pedestal,
creyendo que son la única fuente de felicidad.
Aislamiento social: Las personas con herida de abandono
suelen tener dificultades para establecer vínculos afectivos profundos y
duraderos. Por eso, pueden aislarse socialmente y evitar el contacto con los
demás. También pueden mostrarse frías, indiferentes o desconfiadas, y rechazar
cualquier muestra de afecto o de ayuda. Pueden pensar que no necesitan a nadie
y que solo pueden contar consigo mismas.
Baja tolerancia a la frustración: Las personas con herida de
abandono suelen tener dificultades para aceptar la realidad tal como es. Por
eso, pueden frustrarse fácilmente cuando las cosas no salen como esperan o
cuando se enfrentan a algún obstáculo o problema. También pueden tener
actitudes perfeccionistas, exigentes o rígidas, y ser muy críticas consigo
mismas y con los demás.
Comportamientos autodestructivos: Las personas con herida de
abandono suelen tener una falta de amor propio y de respeto por sí mismas. Por
eso, pueden adoptar comportamientos autodestructivos que les hacen daño físico
o emocional. Por ejemplo, consumir alcohol, drogas u otras sustancias
adictivas; autolesionarse; tener relaciones sexuales de riesgo; comer
compulsivamente o dejar de comer; etc.
¿Cómo identificarla?
Puede ser difícil de identificar, ya que muchas veces está oculta
bajo la máscara social o bajo otros síntomas o problemas. Sin embargo, hay
algunas señales que pueden indicar que tenemos una herida de abandono sin
sanar. Algunas de estas señales son:
- Sentir un vacío interior que no se llena con nada
- Sentir que no somos dignos de amor ni de atención
- Sentir que no tenemos valor ni importancia para nadie
- Sentir que nadie nos entiende ni nos apoya
- Sentir que tenemos que valernos por nosotros mismos
- Sentir miedo a quedarnos solos o a ser abandonados
- Sentir ansiedad, celos o enfado ante la distancia o el desinterés de los demás
- Sentir dependencia emocional o apego excesivo hacia nuestras parejas
- Sentir dificultad para establecer vínculos afectivos profundos y duraderos
- Sentir rechazo o desconfianza hacia los demás
- Sentir frustración, exigencia o perfeccionismo ante la realidad
- Sentir culpa, crítica o autodesprecio hacia nosotros mismos
- Adoptar comportamientos autodestructivos que nos hacen daño
Si te sientes identificado con algunas de estas señales, es
posible que tengas una herida de abandono sin sanar. No te preocupes, esto no
significa que seas una persona estes condenado a “sufrir”. Significa que tienes
una oportunidad para conocerte mejor, para sanar tu pasado y para mejorar tu
presente y propiciar un buen futuro.
¿Cómo sanar la herida de abandono?
No es una tarea fácil ni rápida. Requiere tiempo, paciencia
y voluntad. También requiere ayuda profesional, ya que se trata de una herida
profunda y compleja que requiere un acompañamiento profesional. Un psicólogo o
psicoterapeuta puede ayudarte a identificar y comprender tu herida de abandono,
a expresar y liberar tus emociones, a cambiar tus creencias y conductas
limitantes, y a desarrollar tu autoestima y tu autonomía.
Además de la ayuda profesional, hay algunas cosas que puedes
hacer por ti misma/o como:
Aceptar tu herida de abandono: El primer paso para sanar es
reconocer que tienes una herida de abandono y que esta te afecta en tu vida. No
se trata de negarla ni de avergonzarte de ella, sino de aceptarla como parte de
tu historia y de tu aprendizaje. Tampoco se trata de culpar a tus padres o a
otras personas por tu herida, sino de comprender que ellos hicieron lo mejor
que pudieron con lo que tenían y sabían en ese momento.
Expresar tus emociones: El segundo paso para sanar es
expresar tus emociones relacionadas con tu herida de abandono. Puede que
sientas tristeza, rabia, miedo, culpa, rencor o cualquier otra emoción. Lo
importante es que no las reprimas ni las ignores, sino que las reconozcas y las
liberes de forma sana y constructiva. Puedes hacerlo hablando con alguien de
confianza, escribiendo en un diario, dibujando, pintando, bailando o haciendo
cualquier otra actividad que te ayude a canalizar tus emociones.
Cambiar tus creencias: El tercer paso para sanar es cambiar
tus creencias limitantes por otras más positivas y empoderadas. Puede que
tengas creencias como "no soy digno de amor", "nadie me
quiere", "tengo que hacerlo todo solo", "no puedo confiar
en nadie", etc. Estas creencias son falsas y te hacen daño. Puedes
cambiarlas por otras como "soy digno de amor", "hay personas que
me quieren", "puedo pedir ayuda cuando la necesito", "puedo
confiar en algunas personas", etc. Estas creencias son verdaderas y te
hacen bien.
Desarrollar tu autoestima: El cuarto paso para sanar es
desarrollar tu autoestima y tu amor propio. Esto significa valorarte,
respetarte y cuidarte a ti mismo. Reconocer tus cualidades, tus capacidades y
tus logros. Tratarte con amabilidad, compasión y gratitud. Satisfacer tus
necesidades físicas, emocionales, mentales y espirituales. Hacer cosas que te
gusten, te diviertan y te hagan feliz.
Fortalecer tu autonomía: El quinto paso para sanar es
fortalecer tu autonomía y tu independencia. Esto significa ser capaz de tomar
tus propias decisiones, de resolver tus propios problemas, de asumir tus
propias responsabilidades y de alcanzar tus propios objetivos. Significa ser
capaz de estar sola sin sentirte sola. Significa ser capaz de disfrutar de tu
propia compañía y de la de los demás. Significa ser capaz de establecer límites
saludables y de respetar los de los demás.
Foto de Dasha Urvachova en Unsplash
SUGERENCIAS
Además de los pasos anteriores para sanar tu herida de abandono, hay algunas sugerencias que pueden ayudarte a mejorar tu bienestar y tu autoestima. Algunas de estas sugerencias son:
Practica la meditación: La meditación es una técnica que te ayuda a relajar tu mente y tu cuerpo, a reducir el estrés y la ansiedad, a aumentar la concentración y la creatividad, a mejorar el ánimo y la salud, y a conectar con tu esencia y tu propósito. Puedes practicar la meditación diariamente o cuando lo necesites, siguiendo alguna guía o simplemente enfocando tu atención en tu respiración o en algún sonido u objeto. Puedes meditar por la mañana al despertar, por la noche antes de dormir o en cualquier momento del día que te apetezca.
Practica el mindfulness: El mindfulness es una práctica que
te ayuda a estar presente y consciente en el momento actual, sin juzgar ni
reaccionar a lo que ocurre. Te ayuda a observar tus pensamientos, emociones y
sensaciones sin identificarte ni dejarte llevar por ellos. Te ayuda a aceptar
la realidad tal como es, sin resistirte ni querer cambiarla. Te ayuda a ser más
compasiva contigo misma y con los demás.
Practica la gratitud: La gratitud es una actitud que te
ayuda a valorar y agradecer todo lo que tienes y lo que eres. Te ayuda a
enfocarte en lo positivo y no en lo negativo. Te ayuda a sentirte más feliz y
satisfecha con tu vida. Te ayuda a generar más abundancia y más bienestar.
Puedes practicar la gratitud cada día, escribiendo o diciendo en voz alta tres
cosas por las que te sientes agradecido.
Practica el perdón: El perdón es un proceso que te ayuda a
liberarte del rencor, el resentimiento y la culpa que sientes hacia ti misma o
hacia otras personas por tu herida de abandono. Te ayuda a sanar tu pasado y a
vivir tu presente con más paz y armonía. Te ayuda a reconciliarte contigo misma
y con los demás. Puedes practicar el perdón cada vez que sientas que alguien te
ha hecho daño o que tú has hecho daño a alguien, siguiendo algún método o
simplemente expresando tu voluntad de perdonar.
Practica el amor propio: El amor propio es un sentimiento
que te ayuda a quererte, a respetarte y a cuidarte. Te ayuda a sentirte bien
contigo misma y con los demás. Te ayuda a ser más feliz y plena. Puedes
practicar el amor propio cada día, haciendo cosas que te gusten, te diviertan y
te hagan feliz; tratándote con amabilidad, compasión y gratitud; satisfaciendo
tus necesidades físicas, emocionales, mentales y espirituales; reconociendo tus
cualidades, tus capacidades y tus logros; etc.
RECOMENDACIONES
Para terminar este texto, me gustaría darte algunas recomendaciones
finales que pueden ayudarte a sanar tu herida de abandono y a mejorar tu
calidad de vida:
No te aísles ni te encierres en ti misma. Busca el apoyo y la compañía de las personas que te quieren y te valoran. Comparte tus sentimientos y tus experiencias con ellas. Déjate ayudar cuando lo necesites. Disfruta de las relaciones sanas y enriquecedoras que te ofrece la vida.
No te aferres ni dependas de nadie. Aprende a estar sola sin
sentirte sola; aprende a ser feliz contigo misma, a tomar tus propias
decisiones, a resolver tus propios problemas, a asumir tus propias
responsabilidades y alcanzar tus propios objetivos.
No te culpes ni te castigues por tu herida de abandono. No
eres responsable de lo que te pasó, no eres culpable de lo que sientes en el
presente, no eres una víctima ni un fracasado. Eres una persona valiosa, digna
y merecedora de amor y felicidad.
No te resignes ni te conformes con tu herida de abandono. No
dejes que tu pasado condicione tu presente ni tu futuro, no dejes que tu herida
limite tu potencial ni tus sueños, ni que tu herida te impida vivir la vida que
deseas y mereces.
No tengas miedo ni vergüenza de pedir ayuda profesional si
lo necesitas. Sanar tu herida de abandono puede ser un proceso difícil y
doloroso que requiere de un acompañamiento especializado. Un psicólogo o
psicoterapeuta puede ser tu mejor aliado para guiarte, apoyarte y facilitarte
el camino hacia la sanación.
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FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
- Agresta Camila. (2016). Efectos del abandono temprano en la estructuración psíquica. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Psicología. http://repositorio.fpsico.edu.ar/handle/123456789/1954
- Castelos Marta. (2020). Herida del abandono, en qué consiste y cómo sanarla. Psicóloga Marta Castelos. https://psicologamartacastelos.com/herida-del-abandono-como-sanarla/
- Martín Merayo Ana. (2019). ¿Cómo sanar tu herida de abandono? Ana Martín Merayo. https://www.anamartinmerayo.com/sanar-la-herida-de-abandono/
- Pecharromán Dori. (2018). Ejercicios corporales para sanar las 5 heridas emocionales. Dori Pecharromán. https://doripecharroman.com/ejercicios-corporales-sanar-las-5-heridas-emocionales/
- PsicoActiva. (2020). El abandono, la herida que más perdura: 15 consecuencias. PsicoActiva. https://www.psicoactiva.com/blog/el-abandono/
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